Invertir las puntas de tesorería

Cuando se produce un excedente de tesorería debemos analizar las posibilidades de Invertir y rentabilizarlo. Una opción es cancelar el pasivo que le financia, por ejemplo minorar el saldo dispuesto de una póliza de crédito. Otra opción es invertir internamente, por ejemplo, reduciendo el período de pago a proveedores. Si se trata de una punta, no de algo estructural, debemos considerar que nuestro saldo en cuenta corriente siempre tiene un coste por el lado del pasivo que le financia, si no invertimos estos fondos lo hará el banco y rentabilizará nuestro dinero a su favor. A la hora de invertir puntas de tesorería, debemos tener en cuenta varios aspectos: La liquidez, el riesgo, la rentabilidad, la flexibilidad y la fiscalidad de la opción.

La liquidez es clave, se trata de que sea posible deshacer la inversión con rapidez y sin coste, en cuanto la empresa necesite nuevamente el efectivo, por lo que deberíamos contratar productos sin penalizaciones por deshacer la posición o a muy corto plazo, incluso a un día.

Invertir las puntas de tesorería requiere control del riesgo, ahora que muchas empresas han emprendido la internacionalización, supone evitar que las variaciones de los tipos de interés o por fluctuaciones de los tipos de cambio nos perjudiquen la inversión. Parece lógico invertir en productos de renta fija, en los que se conozca de antemano su rendimiento, y el riesgo que asumimos sea mínimo, el rating del producto es fundamental y el riesgo soberano español es muy asumible, aunque España ya no emita moneda. No es función del tesorero o director financiero especular con las puntas de tesorería en los mercados bursátiles y comprometer el patrimonio de la empresa con inversiones en emisiones sin garantías suficientes o de renta variable que pueden cotizar a la baja en el momento en que necesitamos liquidez.

La rentabilidad de las distintas opciones de inversión debe ser comparada exclusivamente utilizando como indicador la TAE o la TIR ya que los tipos nominales u otros índices, no serán homogéneos y por lo tanto no comparables.

Otro aspecto importante es la flexibilidad, tanto en los plazos de inversión como en los importes a colocar, hoy debemos pedirle a los bancos que se ajusten a nuestras necesidades, hoy si quieren pueden.

Por último la fiscalidad, desde el punto de vista de la una empresa, son interesantes los productos con menor retención o exentos, por lo que a la hora de calcular la TIR debemos tener en cuenta el momento en que se produce el flujo real de los fondos, que varía por la retención fiscal, por ejemplo, si se invierte dentro o fuera de España.

Para invertir las puntas de tesorería y rentabilizar los fondos sin grandes riesgos, podemos utilizar cuentas corrientes remuneradas, podemos contratar imposiciones a plazo fijo, o comprar deuda pública por su seguridad y rentabilidad; para solucionar los problemas derivados de la falta de flexibilidad en los plazos e importes se inventaron los REPOS hace ya más de medio siglo, aunque su gestión se ha agilizado y popularizado gracias al sistema electrónico de negociación de deuda (SEND).

Un “pacto de recompra” (REPO) es un contrato que tiene la forma de una venta y recompra, pero es en esencia un préstamo a corto plazo que le hacemos al banco a un precio y plazo determinado, pero a diferencia de una Imposición a plazo fijo (IPF) tenemos una garantía adicional de deuda pública o corporativa como colateral. Esta operación también se conoce como reporto, Repurchase Agreement o Sale and Repurchase Agreement.

Las operaciones de repo se suelen realizar con títulos de renta fija, especialmente deuda pública como letras, bonos, obligaciones del estado. El pacto de recompra se realiza a un tipo de interés determinado que dependerán de los tipos de interés de la deuda pública.

Los repos pueden ser de varios tipos, se distinguen por su duración que puede ser desde un día a varios meses. Los repos pueden ser bilaterales o trilaterales, en los repos bilaterales el banco o entidad financiera que ofrece el repo es el custodio del mismo, mientras que en los trilaterales, una tercera parte neutral custodia el repo, por ejemplo otro banco. Los repos bilaterales sólo son aconsejables cuando el banco es extremadamente sólido y de mucha confianza, los trilaterales son más habituales.

Repos con otros activos colaterales, en estos repos se realiza el contrato de recompra pero en vez de realizarse con títulos de deuda pública se realiza con otros activos, por ejemplo acciones. También existen repos que se realizan con títulos hipotecarios u otro tipo de obligaciones.

Las ventajas de un repo respecto a otro tipo de inversiones y derivados son que se pueden pactar plazos e importes a la medida de las necesidades de cada inversor y su riesgo es muy bajo puesto que mientras que le prestamos dinero al banco somos propietarios de títulos de deuda pública como garantía adicional. La operación de menor riesgo es el REPO trilateral de deuda de un país mediante entidades de otro país. Supongamos un REPO de deuda pública alemana en el que el banco custodio es un tercero y ambos bancos son españoles.

 

Miguel Baldwin
Autor de tesorería efectiva: Enlace a Amazon
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